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Éxito de ventas: Christoph Rafflenbeul-Dormeyer (izquierda) y Martin Rafflenbeul con arandelas elásticas.
Cuatro anillos: arandelas de la empresa retienen también los airbags de Audi.
De lo grueso a lo fino: Karl-Heinz Theiler estira alambre – para un cliente que con ello fabrica tornillos.
Labor caliente: Andreas Damm templando los espárragos que igualmente fabrica Rafflenbeul.
Fotos: Moll (AKTIV-online)Hagen. Nos encontramos en Rafflenbeul – y nos admiramos: ¡casi todos los productos tienen un orificio! Y los dos directores gerentes de la empresa familiar, Martin Rafflenbeul (48) y Christoph Rafflenbeul-Dormeyer (36), se encuentran además orgullosos de ello. Arandelas han engrandecido a la empresa. 300 millones de unidades anuales salen de 5.000 toneladas de fleje de acero.
¡Que digan menudencias y trebejos!
„Para nosotros se trata siempre de fijar algo permanentemente o mantenerlo a distancia. Lo importante de ello es que el tornillo afianzado no se afloje“, puntualiza la aspiración de 108 años Martin Rafflenbeul, biznieto de los fundadores de la empresa Rudolf y Minna.
¿Tornillo flojo? Una broma pesada para los 127 colaboradores y cuatro aprendices de la sociedad Rudolf Rafflenbeul Stahlwarenfabrik en Hagen. Y quien considere estos pequeños artículos de color plata o cobre como menudencias tiene que escuchar un definitivo contra. Rafflenbeul: „Nuestras arandelas no se encuentran en ningún polvero. Eso proviene del Extremo Oriente!“
Las arandelas retienen los airbags en vehículos de Audi y VW así como también los enclavamientos de asientos infantiles. Y siempre rige el principio: un vehículo debe moverse, sólo los tornillos que se encuentran a bordo no.
Además de empresas automovilísticas, Bosch y Siemens se sirven también de productos Rafflenbeul. Y consumidor importante de estos anillitos es también la industria de los tornillos y tuercas que con las piezas procedentes de Hagen y sus propios productos realizan productos combinados firmemente unidos entre sí.
La razón: ningún robot en la cadena de producción puede sostener y procesar por separado la arandela y la tuerca como tampoco es nada fácil para nosotros, las personas.
El negocio tampoco es sencillo. Martin Rafflenbeul habla sobre una competencia de desalojamiento por parte de baratos proveedores asiáticos. Responde a la misma con cercanía al cliente, puntualidad de entrega y calidad – con éxito: la cartera de encargos está bien repleta para el 2011, señalando que la empresa suministra a 33 países. Dicho sea de paso, la arandela más ligera pesa sólo una milésima de gramo.
Novedad en el programa son las particulares arandelas autoadhesivas „Montix“ únicas en el mundo que a la empresa de Hagen abrieron las puertas de BMW. Y casi cosa de brujería parece ser la patentada arandela „Savetix“: la misma garantiza que durante los trabajos de mantenimiento en máquinas los tornillos queden siempre fijos al revestimiento protector.
El jefe de la empresa puede realmente encantar
Martin Rafflenbeul: „Nosotros somos sencillamente innovadores aunque posiblemente seamos los únicos fabricantes de tornillos en este planeta que realmente podamos hechizar. Yo pertenezco al Círculo Mágico de Alemania. Y créanme, mis clientes se divierten lo suyo con ello.“
Hechos a lo grande, por rodajitas
Las arandelas Rafflenbeul se encuentran en la caja de transmisión del Bugatti Veyron Super Sport: Es el automóvil de serie más potente del mundo (1.200 CV y alcanza velocidades de 431 Km/h).
Esta empresa familiar suministró ya todas las arandelas elásticas para el primer VW Escarabajo. Para que el vehículo no pudiera deshacerse en piezas durante la marcha.
Entre los „Enanitos“ de Rafflenbeul se encuentra el soporte miniatura de muelle de sólo tres milímetros de largo para el mando a distancia en la llave del coche. Con éste funciona cada marca automovilística alemana.
Origen: Hagen, 31.12.2010, Gerd Dreßen, Fotos: Moll (AKTIV-online)